Lola llegó una tarde de abril a
casa y se quedó. Lo que en principio fue una experiencia
terapéutica, ha acabado siendo un proyecto personal y una pasión.
Dicen que hacer fotos es como vivir dos veces y me gusta la idea...me
gusta vivir algunas cosas cientos de veces y sentir de nuevo la
emoción que sentí cuando capté el instante...
Y Lola porque para mi es más que
una cámara, es mi compañera de viaje, de fiestas de cumpleaños, de
días de sol y playa, de fiestas navideñas, de tardes de lluvia, una
compañera de momentos especiales que vale la pena recordar.
Nosotros,
los de entonces, ya no somos los mismos, reza Neruda, y lo comparto.
La vida es un continuo cambio y de ahí mi pasión por hacer
fotos, para conservar momentos de vida y recordarlos cuando nos
falle la memoria.
Febrero de 2012
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